creel
Un
pueblo sin historia, es un pueblo sin identidad” Afortunadamente los pobladores
de Creel nos sentimos orgullosos de una certera identidad justificada en
reconocidos hechos y acontecimientos sucedidos en una larga trayectoria de vida
que hoy cumple cien años.
Esta
hermosa comunidad data de fechas inmemorables, aun cuando no existe información
bibliográfica suficiente, respecto a la fecha de su fundación, contamos con
testimonios fieles transmitidos de generación a generación de los pioneros en
la conformación de lo que hoy es nuestro amado pueblo. Esta población
básicamente era de descendencia rarámuri, orgullosa etnia que alberga nuestra
gloriosa sierra Tarahumara, y de ahí el nombre de la ranchería que dio origen a
lo que hoy es Creel: SEGÓRACHI, cuyo significado es “LUGAR DE RANAS”.
Viejas
Crónicas sostienen que “SEGÓRACHI” era un bosque totalmente poblado de pinos y
especies comunes en esta zona, en cual vivían solamente dos familias; la
primera de ellas era de origen rarámuri de la cual no existen datos específicos.
La segunda, eran moradores de raza mestiza cuyo padre fue Don Estanislao
González.
No
cabe duda que el comercio es elemento esencial en la conformación de grandes
pueblos, y Creel, no es la excepción. A fines del siglo a XIX y principios del siglo XX se intensificó la actividad
minera en nuestra región así como la explotación forestal, aspectos que
trajeron consigo la llegada de extranjeros a territorio rarámuri y con ello la
necesidad de extender las vías de comunicaciones y transportes para agilizar el
movimiento mercantil.
Siendo
gobernador Don Enrique C. Creel, se construyó el bordo para la vía del
ferrocarril iniciando en Chihuahua y finalizando en nuestra localidad. En el
año de 1907, llego el primer ferrocarril cuya razón social fue “Kansas City México
y Oriente”. El tren inaugural emprendió el viaje en abril del mismo año, donde
el gobernador del estado participo en el primer recorrido llegando muy cerca de
lo que hoy es nuestro pueblo y fue en el mes de mayo cuando nos hizo el honor
de llegar a nuestra localidad, hecho memorable al que le debemos el digno
nombre que hoy posee nuestro hermoso pueblo: Creel.
El
ferrocarril fue un factor determinante para el desarrollo de este y muchos
otros pueblos en la sierra Tarahumara. La explotación de los recursos
forestales, pronto atrajo a infinidad de familias que le dieron vida a los que
antes solo eran unos parajes solitarios. Gracias a los empresarios de la
industria maderera y al comercio de otros pueblos y ciudades este tan hermoso
lugar se observaba activo y productivo, nuestros indígenas alcanzaron un
porcentaje de productividad admirable, lo que provocó la instalación de
aserraderos que motivaron un gran crecimiento.
En
1910 las actividades revolucionarias paralizaron los trabajos en toda la
sierra. El espacio territorial en el que hoy vivimos fue escenario en 1915 de
un enfrentamiento entre las tropas del General Francisco Villa y del Ejército
constitucionalista del General Luis Herrera.
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